Zaragoza
Cada viaje implica un tiempo de sueños, expectativas y anhelos que están guardados en un rincón de cada viajero. Los viajes primero son parte de un deseo latente para pasar a ser un gran plan estratégico. Implica casi cual jugada de ajedrez plasmar, en nuestro caso en un Excel, el recorrido que se espera poder hacer. Tiempo físico con el que contamos y por último pero no menos importante el costo.
Pues bien en nuestro Excel no figuraba Zaragoza fue un mimo de Osqui y Stef, amigos que fueron entrelazándose en nuestras vidas con los que hemos compartido momentos entrañables.
Zaragoza es una ciudad con más de mil años de historia, sus orígenes hay que buscarlos en el siglo VII a. C., cuando se asentaba en la zona una tribu de la Edad de Bronce. Más tarde se tiene constancia de un asentamiento íbero en el siglo III a. C., el historiador romano Plinio el Viejo lo identificó como Salduvia. En los primeros años del siglo I se instalaron a orillas del río Ebro los romanos, dándole a la ciudad el nombre de Cesaraugusta, en honor del emperador César Augusto.
Zaragoza es una ciudad con más de mil años de historia, sus orígenes hay que buscarlos en el siglo VII a. C., cuando se asentaba en la zona una tribu de la Edad de Bronce. Más tarde se tiene constancia de un asentamiento íbero en el siglo III a. C., el historiador romano Plinio el Viejo lo identificó como Salduvia. En los primeros años del siglo I se instalaron a orillas del río Ebro los romanos, dándole a la ciudad el nombre de Cesaraugusta, en honor del emperador César Augusto.
Se trataba de una colonia inmune, lo que les eximia por ejemplo del pago de impuestos. En tanto avanzó su historia los musulmanes, cristianos han ido inscribiéndose en la historia de esta ciudad. En su aire está presente su historia. Por ello es conocida por su diversidad cultural y su colosal Basílica del Pilar.
La Santa Capilla es la obra más espléndida de la basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, es el corazón de todo el templo. El 7 de noviembre de 1754, se colocó la primera piedra hasta el 21 de septiembre de 1762, cuando se consagraron las aras de los nuevos altares. Todos los días a lo largo de esos ocho años, se consagró la santa misa. La Santa Capilla, cual joya y reliquia a la vez se lleva los laureles al recorrer la basílica. Una vez dentro de la Catedral recorrer sus inmensos pasillos, visualmente sus techos y cúpulas, dan cuenta de un trabajo al detalle que se realizó. No hay detalles que hayan sido dejados al azar, se proyectó como un templo de grandes dimensiones con planta de salón, estructurado en tres naves de igual altura con cubierta de once cúpulas y cuatro torres en las esquinas.
Algunas iglesias en España han sido pintadas y decoradas por artistas plásticos de renombre, este es el caso de la Catedral del Pilar. Están pintadas todas las cúpulas que rodean y coronan la Santa Capilla. Antonio González Velázquez pintó en 1753 la cúpula elíptica sobre la capilla de la Virgen y las restantes los hermanos Ramón y Francisco Bayeu y Francisco de Goya, que decoró la que lleva el nombre de Regina Martirum (‘Reina de los Mártires’) y la bóveda del Coreto. También recibieron ornamentación pictórica la cúpula mayor, la que cubre el órgano y Coro Mayor, y la cúpula elíptica de la nave central de delante del Coro. Los bocetos de muchas de estas obras se guardan en el museo de la catedral.
Se podrían seguir mencionando muchas más cualidades artísticas e históricas, también enfatizar en la importancia, pero nuestra recomendación es que la visiten y vivan como una experiencia no solo religiosa sino cultural, sostenida por su historia y particularidad. Un detalle de color, vale mencionar que entre muchas de sus cualidades y puesta en valor histórico es el único edificio cristiano de todo mundo con simbología taoísta.
Luego de recorrer los rincones místicos de la Basílica, nos fuimos a caminar por una de sus peatonales. Eran aproximadamente las 11 hs., el ritmo habitual de una ciudad, solo que cuando recorres las calles como turista el ritmo es otro ¿Será que nos prestamos a la sorpresa? O a dejarnos llevar porque la sorpresa nos atrape a la vuelta de la esquina. La novedad hace que admires lo que la vida cotidiana da por sentada en sus habitantes y nos resta el poder de asombro adormecido.
Compramos chucherías en cantidad no solo para saborear en ese momento sino como para que las “provisiones” fueran suficientes para un par de snacks futuros al seguir viaje. ¡Que rico saben los permitidos! Esta visita fue como sentir la fragancia de un perfume en plena avenida 9 de julio, breve, contundente con un deseo de volver y recorrer sus calles como merece de acuerdo a su fama y esplendor.